NOVELAS DE CIENCIA FICCION.
lunes, 9 de marzo de 2015
CIENCIA FICCION
CIENCIA
FICCION
Ciencia
ficción es la denominación popular con que se conoce a uno de los
géneros derivados de la literatura de ficción, junto con la
literatura fantástica y la narrativa de terror
EL FIN DE LA INFANCIA
EL FIN DE LA INFANCIA
EL FIN DE LA INFANCIA Arthur C. Clarke Prólogo 1 El volcán que había alzado a Taratua desde los fondos del Pacífico dormía desde hacía medio millón de años. Sin embargo, muy pronto, pensó Reinhold, unos fuegos más violentos arrasarán otra vez la isla. Miró la plataforma y alzó los ojos hacia la pirámide de andamios que rodeaba aún al Columbus. La proa de la nave, a sesenta metros de altura, reflejaba los últimos rayos del sol. Era una de las últimas noches del cohete. Luego flotaría en la eterna luz solar del espacio. Todo estaba tranquilo aquí, bajo las palmeras, en lo más alto del rocoso espinazo de la isla. Sólo se oía el silbido intermitente de los compresores neumáticos o la voz apagada de los obreros. Reinhold se había encariñado con estas apretadas palmeras. Venía aquí casi todas las noches a vigilar su pequeño imperio. Le entristecía pensar que cuando el Columbus se elevara hacia los astros, envuelto en furiosas llamas, estos árboles quedarían reducidos a átomos. A un kilómetro de la costa, el James Forrestal había encendido los reflectores y barría las aguas oscuras. El sol había desaparecido, y la rápida noche tropical se elevaba desde el este. Reinhold se preguntó, con un poco de sorna, si esperarían encontrar submarinos rusos tan cerca de la orilla. Rusia le hizo pensar, como siempre, en Konrad y aquella mañana de la catastrófica primavera de 1945. Habían pasado más de treinta años, pero no podía olvidar los días en que el Reich se tambaleaba bajo las olas que venían del Este y del Oeste. Todavía podía ver los cansados ojos azules de Konrad y su barbita de oro mientras se daban la mano y se separaban en la arruinada aldea de Prusia atravesada incesantemente por columnas de refugiados. Había sido una separación que simbolizaba todo lo que había ocurrido desde entonces en el mundo... la grieta abierta entre el Este y el Oeste. Konrad había elegido el camino de Moscú. Reinhold había pensado que Konrad estaba loco, pero ahora ya no se sentía tan seguro. Durante treinta años había creído que Konrad ya no vivía. Hacía una semana el coronel Sandmeyer, del Servicio Secreto, le había traído las últimas novedades. Sandmeyer no le gustaba, y estaba seguro de que el otro sentía lo mismo. Pero ninguno de los dos permitía que los sentimientos interfirieran en el trabajo. - Señor Hoffmann - había comenzado a decir el coronel exhibiendo lo mejor de su cortesía profesional -, acabo de recibir algunos alarmantes informes de Washington. Es un secreto de Estado, naturalmente, pero hemos decidido comunicárselo al cuerpo de ingenieros. Así comprenderán que es necesario darse prisa. - Sandmeyer se detuvo, tratando de impresionar a Hoffmann, pero fue inútil. Hoffmann ya sabía, de algún modo, lo que iba a seguir. - Los rusos casi nos han alcanzado. Han desarrollado un propulsor atómico, quizá más eficiente que el nuestro y están construyendo una nave en las costas del lago Baikal. No sabernos hasta dónde han llegado, pero el Servicio Secreto cree que podrán lanzar la nave dentro de unos meses. Ya sabe lo que eso significa. Si, ya lo sé, pensó Reinhold. Se ha alargado la carrera... y podemos perder. - ¿Sabe usted quién dirige el equipo ruso? - había preguntado, sin esperar realmente una respuesta. El coronel Sandmeyer había mostrado al sorprendido Reinhold una hoja escrita a máquina y allí, encabezando una lista, estaba el nombre: Konrad Schneider. - Usted conoció muy bien a esos hombres de Peenemünde ¿no es cierto? - dijo el coronel -. Eso puede servirnos. Me gustaría que preparase usted unas notas sobre el mayor número posible de esos hombres. La especialidad de cada uno, el grado de inteligencia, y otras cosas similares. Sé que es demasiado pedir, después de tanto tiempo, pero haga lo posible. - Konrad Schneider es el único que importa - había respondido Reinhold -. Tenía talento, los otros no eran más que ingenieros competentes. Sólo el cielo sabe la que ha hecho en treinta años. No lo olvide... Schneider conoce, probablemente, todos nuestros resultados, y nosotros no conocemos ninguno de los suyos. Eso le da una decidida ventaja. Reinhold no había pretendido criticar el Servicio Secreto, pero durante unos instantes Sandmeyer pareció ofendido. Al fin, el coronel se encogió de hombros. - Puede no servirles de nada, me lo ha dicho usted mismo. Nuestro intercambio de información significa progreso más rápido, aunque dejemos escapar algunos secretos. Es posible que las oficinas rusas de investigación ignoren la mayor parte del tiempo lo que hace su propia gente. Les mostraremos que la democracia puede ser la primera en llegar a la Luna. ¡La democracia! ¡Tonterías!, pensó Reinhold, pero calló, prudentemente. Un Konrad Schneider valía un millón de votos. ¿Y qué no habría hecho Konrad con todos los recursos de la U.R.S.S. a su alcance? Quizá en ese mismo instante su nave se desprendía de la Tierra... El sol que había dejado Taratua brillaba aún sobre el lago Baikal cuando Konrad Schneider y el comisario del Instituto de Ciencia Nuclear se alejaron lentamente de la plataforma donde se había probado el motor. Aún sentían una dolorosa vibración en los oídos aunque los últimos y atronadores ecos se habían perdido en el lago hacía ya diez minutos. - ¿Por qué esa cara larga? - preguntó de pronto Grigorievitch -. Tendría que estar contento. Otro mes más y habremos iniciado el viaje mientras los yanquis estarán mordiéndose los puños. - Es usted optimista, como de costumbre - dijo Schneider -. Aunque el motor funcione no es tan fácil como parece. Es cierto que no veo ante mí ningún obstáculo serio, pero... me preocupan los informes que vienen de Taratua. Ya le he hablado del valor de Hoffmann, y dispone de billones de dólares. Esas fotografías de la nave son algo borrosas, pero no parece hablarles mucho. Y sabemos que probó su motor hace ya cinco semanas. - No se preocupe - dijo riéndose Grigorievitch -. Se van a llevar la gran sorpresa. Recuérdelo... no saben nada de nosotros. Schneider se preguntó si sería cierto, pero decidió no expresar ninguna duda. La mente de Grigorievitch comenzaría a explorar unos canales tortuosos y complicados, y si llegaba a encontrar una gotera, el mismo Schneider se vería en dificultades. Schneider entró en el edificio de la administración. Había aquí tantos soldados, pensó sombríamente, como técnicos. Pero así hacían las cosas los rusos, y mientras no se le cruzasen en el camino no tenía por qué quejarse. Todo, con algunas exasperantes excepciones, se había desarrollado tal como lo habla previsto. Sólo el futuro podía decir quién había elegido mejor: él o Reinhold. Redactaba un último informe cuando unos gritos lo interrumpieron. Durante unos instantes permaneció inmóvil, sentado ante su escritorio, preguntándose qué podía haber alterado la rígida disciplina del campamento. Luego se incorporó y se acercó a la ventana. Y por primera vez en su vida supo lo que era la desesperación. Rodeado de estrellas, Reinhold descendió por la falda de la colina. Afuera, en el mar, el Forrestal barría todavía el agua con unos dedos luminosos. En la bahía los andamios que rodeaban el Columbus eran ahora un brillante árbol de Navidad. Sólo la elevada proa de la nave se alzaba como una sombra oscura entre los astros. Una radio lanzaba una estridente música de baile desde los animados cuarteles y los pasos de Reinhold se aceleraron mecánicamente siguiendo el ritmo de la música. Había llegado casi al estrecho sendero que bordeaba las arenas, cuando algún presentimiento, algo apenas atisbado, lo obligó a detenerse. Perplejo, miró primero el mar, y luego la tierra. Pasaron unos instantes antes que pensara en mirar el cielo. Reinhold Hoffmann supo entonces, como Konrad Schneider en ese mismo instante, que había perdido la carrera. Y supo que la había perdido no por esas pocas semanas o meses que habían estado amenazándolo, sino por milenios. Las sombras enormes y silenciosas que navegaban bajo las estrellas, a una altura que Reinhold era incapaz de imaginar, estaban tan alejadas del pequeño Columbus como éste de las canoas paleolíticas. Durante un instante que pareció eterno, Reinhold observó, junto con el mundo entero, cómo las grandes naves descendían con una majestad abrumadora, hasta que oyó al fin el débil chillido de la fricción en el enrarecido aire de la estratosfera. Reinhold no se sintió apenado porque el trabajo de toda una vida se le derrumbase de pronto. Había luchado para que el hombre llegase a las estrellas, y ahora, en el instante del triunfo, las estrellas - las apartadas e indiferentes estrellas - venían a él. En ese instante la historia suspendía su aliento, y el presente se abría en dos separándose del pasado como un témpano que se desprende de los fríos acantilados paternos y se lanza al mar, a navegar solitario y orgulloso. Todo lo obtenido en las eras del pasado no era nada ahora. En el cerebro de Reinhold sonaban y resonaban los ecos de un único pensamiento: La raza humana ya no estaba sola.
La guerra de los mundos
La guerra de los mundos
La guerra de los mundos es una novela de ciencia ficción
escrita por Herbert George Wells y publicada por primera vez en 1898, que
describe una invasión marciana a la Tierra.
Un mundo feliz
Un mundo feliz es la novela más famosa del escritor
británico Aldous Huxley, publicada por primera vez en 1932. El título tiene
origen en una obra del autor William Shakespeare, La tempestad, en el acto V,
cuando Miranda pronuncia su discurso
Rebelión en la granja
Rebelión en la granja es una novela satírica del británico
George Orwell. Publicada en 1945, la obra es una fábula mordaz sobre cómo el
régimen soviético de Iósif Stalin corrompe el socialismo.
Nosotros
Nosotros es una novela rusa escrita por Yevgueni Zamiatin en
1921 sobre una sociedad futura donde la opresión y represión por parte de la
clase dirigente sobre las demás es total. No fue publicado en ruso hasta 1988.
El señor de las moscas
El señor de las moscas es la primera y más célebre novela de
William Golding. Publicada en 1954, se considera un clásico de la literatura
inglesa de postguerra.
A Clockwork Orange, Naranja mecánica o La naranja mecánica
es una novela del escritor británico Anthony Burgess, publicada en 1962 y
adaptada por Stanley Kubrick en la película homónima aparecida en 1971.
La isla
La isla es una novela de Aldous Huxley, publicada por
primera vez en 1962. Es la historia de Will Farnaby, un periodista con aires de
poeta que vive en una isla llamada Pala. La isla es el contrapunto
de la novela
Un mundo feliz.
jueves, 5 de marzo de 2015
MEJORES LIBROS DE CIENCIA FICCION
LA GUERRA DE LOS MUNDOS
lunes, 2 de marzo de 2015
LA NOVELA DE CIENCIA FICCION
LA NOVELA DE CIENCIA FICCION
La novela empezó a tener importancia a partir de
mitad del s. XIX. Es un género muy completo. Tiene diálogos que se
presentan de forma directa. El nombre de novela era conocido
anteriormente como tratado o historia y en Europa era conocido como
romance, al contrario que en España ya que ese nombre podría confundir
con lo de lenguas romances; siendo la novela relato largo. La misma
consta de presentación, desarrollo y conclusión y fundamentalmente se
narran los hechos que le ocurren a un personaje o personajes que se
presentan estudiados con detenimiento. En el s. XVI se distinguen tres
tipos de novela: pastoril, caballeresca y picaresca.
Es importante destacar que la narratología es la ciencia que estudia la
morfología del relato. Uno de los elementos predominan
La novela empezó a tener importancia a partir de
mitad del s. XIX. Es un género muy completo. Tiene diálogos que se
presentan de forma directa. El nombre de novela era conocido
anteriormente como tratado o historia y en Europa era conocido como
romance, al contrario que en España ya que ese nombre podría confundir
con lo de lenguas romances; siendo la novela relato largo. La misma
consta de presentación, desarrollo y conclusión y fundamentalmente se
narran los hechos que le ocurren a un personaje o personajes que se
presentan estudiados con detenimiento. En el s. XVI se distinguen tres
tipos de novela: pastoril, caballeresca y picaresca.
Es importante destacar que la narratología es la ciencia que estudia la
morfología del relato. Uno de los elementos predominantes de toda
narración es el narrador que es un emisor imaginario que presenta unos
hechos. A veces presenta su punto de vista. A veces aparece en primera,
segunda o tercera persona. El siguiente trabajo está basado en la novela
como género literario en el que se destacarán las características,
ambiente de la novela, elementos y tipos de la narración entre otros.
LA NOVELA
Concepto:
La novela es una obra narrativa en donde se relatan múltiples acciones.
La novela presenta una gran variedad de personajes: se desarrolla en
distintos ambientes y puede tener varios narradores, cada uno, con
diferentes estilos.
Novela Corta:
Narración breve sin estructura complicada sin descripciones largas y
con abundantes diálogos. En ella se cuenta la vida de unos personajes
pero no se profundiza demasiado en ellos sino en sus hechos, ya que al
ser más corta es más directa.
Características de la Novela
- Es un texto narrativo. Porque en él se inician, desarrollan y culminan determinados acontecimientos.
- Es más extensa que el cuento
- Generalmente se divide en capítulos
- Cada capítulo tiene sentido en sí mismo.
Tipos de Narraciones
Narraciones en 1era Persona:
El narrador se involucra en el relato como un personaje.
- Narrador Protagonista: Presenta el relato de forma autobiográfica.
- Narrador Testigo o Personaje: En el relato aparece como un personaje secundario, es decir, nos cuenta solo lo que ha visto.
- Editor: Dos narradores ficticios.
Narraciones en 3era Persona:
El narrador cuenta los hechos que le han ocurrido a otra persona.
- Narrador Omnisciente: Lo sabe todo, los pensamientos, los sentimientos, intimidades. Es como un Dios que lo sabe todo.
- Narrador Observador: Cuenta lo que ve, pero no conoce los pensamientos de los personajes.
- Narratorio: Es el destinatario de la narración, éste no siempre es el lector.
Tipos de Personajes:
Toda narración consta de unos personajes estos son introducidos
generalmente por el narrador; para introducirlos el narrador utiliza:
verbo dicendi. Ejemplo: Sebastián dijo, El niño hizo..., descripciones
físicas y/o psicológicas (prosopografía y etopeya respectivamente).
Según la acción que desempeñan en la narración se distinguen:
- Personajes Nucleares: Constituyen el eje entorno al que gira el relato. Ejemplo: Sherlock Holmes.
- Personajes Comparsa: Acompañan a los nucleares, dialogan con ellos. Ejemplo: Watson.
- Personajes Fugaces: Son mero relleno en determinadas situaciones.
- Personajes Diseñados o Planos: son descritos bajo un rasgo básico, y su comportamiento no varía a lo largo de la obra.
- Personaje Modelo o Redondo: El personaje se crea a lo largo de la obra, es decir cambia a lo largo de ésta.
Las acciones de todos los personajes constituyen la acción de la
narración y junto con el tiempo y el lugar al tema y al argumento de la
obra.
Elementos de la Narración
Dependiendo de cómo aparezcan los discursos realizados por los
personajes, de cómo estos son introducidos y lo que en ellos se expresan
se distinguen varios tipos de discursos o formas narrativas.
Discurso Narrativo:
Este tipo de discurso narrativo, se da cuando las conversaciones son
introducidas o contadas por el propio narrador tal y como fueron
contadas.
Lo único que importa es el contenido
ya que el “como se dice”, se pierde totalmente, por lo que más interesa
son las conversaciones, palabras dichas y otras.
Discurso Citado:
En este tipo de discurso, el narrador incorpora las palabras de los
personajes al relato. Dentro de este tipo de discurso se distinguen
varios tipos:
Estilo Directo. Discurso Citado Directo:
Consiste en una reproducción de todas las palabras y frases dichas por los personajes de forma literal.
La forma de representar estas palabras pueden ser realizadas de dos formas:
1.- Discurso Citado Directo Regido:
El narrador utiliza algún signo para indicar que el personaje habla.
Utiliza: comillas, verbos dicendi, guiones, apelaciones a los
personajes, alternancia entre otros.
2.- Discurso Citado Directo Libre:
No
representa ningún tipo de signo para representar al personaje que
habla. Aquí es difícil distinguir cuando hablan los personajes y cuando
lo hace el narrados.
Discurso Indirecto. Estilo Indirecto.
Este tipo de discurso consiste en reproducir lo que cuentan los
personajes pero no de forma literal, sino produce una variación de
persona, número, tiempo, lugar y otros.
También en este tipo de discurso se distinguen dos tipos:
Discurso Citado Indirecto Regido:
Es conocido por la definición anterior.
Discurso Citado Indirecto Libre:
Es
un tipo de discurso muy complicado propio del s. XX que comienza con la
novela de los años 60 en donde además de no distinguirse narrador y
personajes, no se distinguen ni el comienzo ni el final del discurso.
Fluir de Conciencia:
Con
este tipo de discurso, además de ser presentados los personajes por
medio del narrador o de las conversaciones que estos establezcan. Se
conocerán por sus propios pensamientos de manera casi instantánea ya que
los pensamientos de una persona nunca están parados.
CONCLUSIÓN
Al finalizar este trabajo se tiene como conclusión que la novela es un
texto narrativo, extenso por lo que es dividido en capítulos que tienen
sentido en sí mismo, es una unidad narrativa porque en él se inician,
desarrollan y culminan determinados acontecimientos.
En la novela se presenta igual que en el cuento los personajes, en los
que se destacan los más importantes y los personajes secundarios, el
ambiente, el tiempo que es el orden lineal de los acontecimientos es
decir qué pasó primero, qué pasó después, luego, por último, y en qué
época ocurren los hechos. Además en el discurso se toma en cuenta el
narrador que es el que se involucra en el relato como un personaje. Los
cuales pueden ser narrador protagonista, testigo o personaje, editor
este último que son dos narradores ficticios, estos en el caso de
narradores en primera persona.
El discurso
citado indirecto libre Es aquel tipo de discurso muy complicado propio
del s. XX que comienza con la novela de los años 60 en donde además de
no distinguirse narrador y personajes, no se distinguen ni el comienzo
ni el final del discurso.
2
tes de toda
narración es el narrador que es un emisor imaginario que presenta unos
hechos. A veces presenta su punto de vista. A veces aparece en primera,
segunda o tercera persona. El siguiente trabajo está basado en la novela
como género literario en el que se destacarán las características,
ambiente de la novela, elementos y tipos de la narración entre otros.
jueves, 26 de febrero de 2015
Viaje al Centro de la Tierra
El protagonista de
la historia, Axel, reside en una vieja casa situada en la
Königstrasse, en Hamburgo, junto a su tío Otto Lidenbrock, un
prestigioso profesor de mineralogía a quien describe como un hombre
temido por su fuerte carácter pero muy original, su prima Gräuben
(de quien está secretamente enamorado) y su anciana sirvienta,
Marthe. Un día el profesor le llama a su despacho, donde le enseña
un manuscrito de gran valor del Heimskringla, de Snorri Sturluson.
Pero ese libro esconde una gran sorpresa: un pergamino de origen
rúnico que oculta un mensaje secreto. Tras muchos esfuerzos y
gracias a un descubrimiento casual de Axel, lograrán descifrarlo. En
él, un alquimista islandés llamado Arne Saknussemm revela cómo
llegar al centro de la tierra. El profesor, eufórico, decide ir al
lugar indicado en el pergamino junto con su sobrino Axel. Éste se
niega, pues piensa que es una hazaña irrealizable, ya que la
temperatura aumenta 1º por cada 60 pies de profundidad bajo la
superficie del Globo. Pero el profesor decide que deben ir:
Axel está muy
asustado y no quiere ir, pero no tiene otra opción, y salen hacía
el punto indicado en el pergamino: Islandia. Tras un largo viaje,
llegarán a Reikiavik, ciudad cercana al Snæfellsjökull, volcán
por el que tendrán que introducirse para alcanzar el corazón
terrestre, siguiendo las indicaciones de Saknussemm. Allí contratan
a Hans, un guía que les acompañará a lo largo de su odisea.
Equipados con víveres, herramientas, armas, instrumentos y un
botiquín, emprenden el viaje hacia el volcán. Axel y su tío viajan
montados en caballo, y el guía los precede a pie. La mayor
preocupación de Axel es saber qué ocurriría si el volcán se
despertase mientras ellos estuvieran dentro de él. Emprenden el
asalto del Sneffels por caminos difíciles. La marcha es penosa, pero
al fin alcanzan la cumbre del Snæfellsjökull.
Comienzan el
descenso dentro del cono del volcán. En el fondo del cráter, se
abren tres chimeneas. Siguiendo una vez más las instrucciones
dejadas por el alquimista en el pergamino, averiguan cuál de las
tres chimeneas es la que conduce al centro de la Tierra: aquella que
la sombra del pico Scartaris acaricie antes de las calendas de julio.
Por medio de una cuerda, se van deslizando y bajan así 2.800 pies en
once horas. Allí improvisan una cama para dormir y recuperar
fuerzas.
A la mañana
siguiente, siguen hundiéndose en las entrañas del Globo dejándose
caer por pendientes inclinadas, formadas por lava seca que tapiza el
interior del cráter. Después de descender durante siete horas
seguidas, deciden tomarse un descanso hasta las seis de la mañana
siguiente. Descienden seis horas más y llegan al fondo de la
chimenea, donde se encuentran con dos caminos. El profesor Lidenbrock
decide tomar el del Este, y tal camino resulta ser el erróneo, pues
al tercer día se quedan sin agua y han de retroceder para ir hacia
el Oeste.
Esperan encontrar
algún manantial y así coger agua para sobrevivir, pero no se oye ni
un murmullo de agua. Hans, el guía que los acompaña, halla un
torrente bajo las rocas. Perforan la piedra con las herramientas que
llevan y consiguen agua, pero a 100º de temperatura; la dejan
enfriar y de ese modo sacian su sed y llenan las cantimploras.
A la mañana
siguiente, siguen su camino descendiendo y acercándose cada vez más
al centro de la tierra. Axel se despista de su tío y de Hans, y se
pierde en un laberinto a 30 leguas de la corteza terrestre.
Desesperado, echa a correr sin rumbo y se golpea contra las rocas.
Gracias a una caída providencial, llega sin sentido y ensangrentado
a los brazos de su tío. Cuando vuelve en sí, ve que se encuentran
junto a un mar: están en una caverna capaz de contener la cantidad
de agua de un océano. Cerca de allí, hay un bosque de hongos y
hallan esqueletos de animales.
Construyen una
balsa, y de ese modo embarcan e inician una travesía con el fin de
alcanzar nuevas salidas en las orillas opuestas. El viaje por mar se
hace más largo de lo que pensaban. Durante la travesía pescarán
peces extintos del género pterichthyodes y se encuentran con
monstruos marinos enormes, un ictiosaurio y un plesiosaurio pero por
suerte los animales están luchando entre ellos y no se percatan de
la presencia de la balsa.
Axel y sus dos
acompañantes continúan el viaje con su monótona uniformidad. Pasan
al lado de un islote, llamado por ellos "Islote Axel", en
el que hay un géiser de agua hirviendo a una temperatura de 163º.
Siguen su camino y
les amenaza una tempestad, el viento sopla a una velocidad
incalculable, los relámpagos no cesan, el calor aumenta. De repente
ven un disco de fuego pasearse por el espacio a la velocidad de un
huracán (posiblemente un rayo globular), y les arranca la vela con
el mástil, y los tres amigos son arrastrados con gran rapidez hasta
que la almadía choca con los arrecifes de la costa.
Axel y su tío se
libran de la muerte gracias al guía, Hans, que los arranca del
abismo tumbándolos en la arena de la playa. Consiguen rescatar la
pólvora, la brújula, el manómetro y alimentos para cuatro meses,
si bien han perdido las armas.
Con la ayuda de la
brújula, comprueban su situación y ven que durante la tempestad han
retrocedido en lugar de avanzar. Furioso y desafiando todos los
peligros, el profesor Lidenbrock dice que han de volver a la balsa
para seguir el viaje, pero antes quiere inspeccionar el lugar donde
habían llegado a la deriva. Este lugar les reserva más sorpresas:
un cementerio de cuerpos fosilizados en el cual hallan primero un
cráneo humano y luego un cadáver entero semimomificado de la era
cuaternaria .
Siguen explorando el
terreno y se alejan de la orilla del mar. Llegan a un bosque de
vegetación de la era terciaria con palmeras, pinos, cipreses y
helechos. Debajo de esos árboles ven agitarse unos mastodontes
gigantes y lo que creen un ser humano de más de cuatro metros de
altura con una cabeza del tamaño de un búfalo que los pastorea como
si fueran ovejas. Les parece imposible y piensan que podría ser una
visión, pero huyen a gran velocidad hacia el mar, donde han dejado
la balsa. En su huida encuentran un puñal que perteneció a Arne
Saknussemm, el alquimista que 300 años atrás hizo ese mismo viaje
al centro de la Tierra, y más adelante en una roca encuentran
grabadas sus iniciales, señalándoles el camino una vez más.
Según el tío de
Axel, para llegar al centro del Globo aún tienen que bajar 1.500
leguas. Para seguir el viaje deben tomar una galería, pero una roca
enorme obstruye la entrada y no les permite penetrar por ningún
sitio. Optan por romper la roca con la pólvora que tienen. Preparan
todo, encienden la mecha y se refugian en la almadía que tienen en
la playa.
Se oye un estruendo:
la explosión ha provocado una especie de terremoto, y el mar
arrastra la balsa en su caída. Los tres exploradores se consideran
perdidos. Se dan cuenta de que suben sin cesar, están en un pozo
estrecho y el agua, recobrando su nivel, los empuja hacia arriba a
una velocidad violenta, y les corta la respiración; el calor se hace
insoportable.
Las paredes se
mueven, los vapores se condensan...: son los síntomas de una
erupción, y están dentro de la chimenea de un volcán en actividad.
De repente, un movimiento giratorio se apodera de la balsa, que se
balancea sobre las olas de lava en medio de una lluvia de cenizas, y
salen disparados por el abrasador orificio del cráter.
Cuando Axel abre los
ojos, comprueba que se hallan al aire libre, en la superficie de la
tierra. Pero no están en Islandia sino en la isla de Estrómboli,
Italia, en pleno Mediterráneo. Habían entrado por un volcán, el
Snæfellsjökull, y han salido por el Estrómboli situado a más de
1.200 leguas del primero. Un cono de prodigiosa altura, coronado de
humos, se divisa hacia el poniente: es el Etna.
Axel y su tío
regresan a casa. La noticia de su viaje al centro de la Tierra se
había propagado por todas partes, pero nadie se había creído
semejante aventura. No obstante, la presencia de Hans y varios
informes llegados de Islandia cambian la opinión pública. El
profesor Lidenbrock y Axel pasan a ser hombres famosos, y Hans
regresa a su tierra natal de Islandia.
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